Porque creo en la complementariedad y en la unicidad de cada ser humano. Haber pasado por distintas disciplinas y haber transitado diferentes paradigmas me aporta una mirada plural y holística de la salud; escuchando  y entendiendo lo que cada uno realmente necesita y acompañando el proceso integral de cada persona.

Porque tuve mi propia experiencia. Me diagnosticaron con escoliosis a los 15 años y la palabra que se repetía constantemente en aquellos adultos que me cuidaban (padres, médicos, asistentes, etc.) era “corregir”.

Las personas corrigen sus errores, pero mi columna, a través del dolor, me advertía que debía valorarme más y no forzar mi postura para verme derecha o correcta. Nuestro cuerpo es perfecto y habla a través del síntoma lo que nuestras emociones callan.

Tuve la bendición de que mi mamá me apoyó en no operarme, pero pasé un tiempo de mi adolescencia con un corset 23hrs diarias. La escoliosis no avanzaba ni retrocedía. Entonces, un familiar sugirió probar yoga y la osteopatía (¡cuánto le agradezco!) y luego de un año de ambos tratamientos, pude revertir la desviación de 5cm y dejé de sentir dolor.

Porque tengo una real vocación de servicio. Empecé a conectar con otras técnicas energéticas y terapias complementarias a la medicina por la necesidad de ayudar a mi abuela, quien tuvo un ACV que afectó su motricidad y pasó por seis clínicas, lo que me generó impotencia al ver cómo el sistema médico brinda recursos limitados para estos casos. Esto hizo que mi búsqueda se impulsara y mi vocación por ayudar a otros floreciera.

Espero poder acompañarte en tu proceso de sanación y compartirte mi conocimiento y experiencia.